El hombre que fue jueves-G.K.
Chesterton
Arturo Hervás
“El hombre que fue jueves” es una novela publicada en 1908 por el
escritor y periodista británico Gilbert K. Chesterton. Se trata de una novela
de género policiaco y humorístico, dos géneros que se encuentran con frecuencia
en las obras de este autor. Otras publicaciones conocidas de Chesterton son
“Las paradojas de Mr. Pond” o “El club de los negocios raros”.
En el año 1908 aún no había
ocurrido la I Guerra Mundial, pero los movimientos socialistas y anarquistas
estaban a la orden del día, así como las revueltas sociales, de trabajadores,
etc. En esa época, el movimiento literario que se encontraba en auge en el
Reino Unido era el eduardiano, nombrado por el rey de Inglaterra en ese momento,
Eduardo VII. Este periodo se caracteriza por la división entre alta literatura
y literatura popular, siendo esta segunda clase publicada aún mediante
periódicos o entregas semanales.
La obra narra las peripecias de
un miembro del departamento anti-anarquista de la policía para infiltrarse en
la cúpula de los anarquistas y destruir su influencia en Europa desde dentro.
Para conseguirlo, el protagonista se hace pasar por anarquista y consigue ser
elegido para representar al día Jueves en este “consejo”. Una vez dentro se da
cuenta de que todos los integrantes de este son detectives infiltrados de su
mismo departamento.
La novela destaca por distintos motivos. El humor
creado mediante la sátira política y social es uno de los puntos más
destacables, pues a pesar de tratar temas serios o complejos en ese momento
consigue generar comedia mediante la ridiculización intelectual de ciertos
ideales. Otro aspecto interesante es la intriga que crea Chesterton, pues al
fin y al cabo se trata de una novela con ambiente policiaco. Es cierto que en
algunos fragmentos esta intriga se olvida a causa de la acción que estén
llevando a cabo los personajes, pues esta es bastante interesante también y
capta la atención del lector completamente. La base para poder crear estas
situaciones está en la construcción de los personajes, pues Chesterton los
presenta en profundidad, de uno en uno, a medida que el protagonista los conoce
y habla con ellos. Este retrato a conciencia de los personajes hace que veamos
verosímiles sus reacciones ante algunos hechos y las relaciones entre ellos.